Embriagado de Placer

En ti descubro los misterios del placer,
En ese momento en que nuestras
Miradas se perfilan, mientras
yo sobo el miembro erecto,
y tus movimientos se dan
en medio de un voyeurista jamás
consumado.
Las prendas interiores se dejan ver
como un claro oscuro, el hilo de atrás
se muestra al terminar el encaje,
ahí te pido un momento
de reflexión, sube y bájalo,
mientras que con la otra mano
detienes tu micro vestido, los muslos al desnudo,
las zapatilas de tacón, tu pelo de medusa
cae, mientras sonríes, encantadora sonrisa-digo- mientras babeo,
hasta llevar a mi boca un sorbo de café, con mi taza preferida del color negro,
sorbo con fuerza; mis manos toman tus muslos, y beso tus pies desnudos,
¡Diosa del placer!, ¡Encanto suave a mis fantasías!
Repito con fuerza, con la fuerza de un mortal quien sabe, que en cualquier momento los estertores de la muerte habrán de llegar. Hincado, te ve incólume
encanto de mis noches solitarias, encerrado en mi habitación tu imagen indeleble se deja sentir, ahora en pleno,
con la fuerza de mi deseo aprieto tus muslos, y tu imagen gigante se deja ver de abajo, arriba; la tanga roja, mi color preferido se mete entre los pliegues de tu labios vaginales, hasta ahí dejan sentirse los olores de sexo, quiero que orines mi cara, amor, ábrete, ¡Diosa mía!
Déjame ver tu monte ural, el dedo índice se introduce en la caverna, un gesto de dolor refleja tu rostro, ahí retrato en mi memoria en el preciso momento en que los acordes de una melodía : Contigo mi vida, el piano, acompañado de el violín dejan sentir
Un halito de vida, mientras ausculta con toda la alegría manifestada en lágrimas. Perdido en ese horizonte sin límite, la faz de un humano se resquebraja, entre el mar de líquido viscoso, emanado de esa herida siempre abierta, siempre presta a las manos y la mirada de un hombre que se pierde, que siente, que la vida se le va y también irrumpe en un chisguete, masturbado, extasiado, dejando el alma gravitar, mientras ella yace tendida, con su pose ginecológica: abierta de piernas, enorme, enorme, como la pasión nunca saciada.