viernes, 29 de enero de 2010

Para ti dulce dama de luceros verdes


Yo vago por los
misterios de mi interior,
mi alma me permite ingresar en esos atormentados
mundos que me llevan a ti sin tregua:
Mujer casada, pero deseada por mi.
Presentada en mi altar para que yo pueda compartirte mis fantasìas.
Si supieras cuantas peripecias tengo que hacer para
estar cerca de ti, inspirado, enloquecido por
el insomnio,
por la poesia,
por los sueños,
por los encuentros corporales,
por la vanidad de que me veas de gala,
que sientas que soy parte de ti y vos de mi
¡Què bello! Acompañados por la mágica melodia de Emmanuelle,
aquella Silvia Kristel que desperto los profundos encantos del erotismo en una infancia que nos traslado por añadidutra a Las Mil y una Noches.

jueves, 28 de enero de 2010

Un hombre cercano... piensa en ti


Las manos se dosifican
en el delgado cuerpo de la musa,
ella expira un aire,
profundo y limpio,
las manos se esmeran para recontraer
los músculos de la dama, de la que brota en
sus labios, moderadas sonrisas de satisfacción.

La lengua del esclavo se inclina al ombligo,
lame con cariño en una pasión embrionaria
que va creciendo, mientras el cuerpo de ella
se contrae bajo los alentadores embates de los dedos
que ingresan por los orificios misteriosos, llenos de líquidos,
que posteriormente
el hombre los absorbe en su boca.
La mujer de luceros verdes gime al espacio eterno del placer compartido, de la dicha de estar encantada… sublime deseo
de mujer eterna.

viernes, 8 de enero de 2010

Somos...

Somos un eslabón

en la inmensidad no solo del planeta tierra,

sino a través de nuestro fuero interno,
de esa pasión, sentimiento,
idea que fluye en nuestro interior
y que la hilamos a través de la palabra escrita.

Interesante nuestras fuerzas interiores que hacen hablar a nuestro espíritu y compartirlo con muchas personas.

sábado, 2 de enero de 2010

Sesaciòn cercana

Encuentros deseados, quizás premeditados,
o movido por una pasión que desencadena
sensaciones profundas.

En ese crepitar de cuerpos,
que al momento de acercarse
envueltos en un abrazo, rompen
hielos y encuentran encantos.

Mientras las manos acarician la espalda,
fogonazos electrizantes al momento de sentir
el tacto de aquel par de senos que envuelven
en un mar de satisfacciones.


Una sonrisa flanqueada por dos luceros verdes,
que dan la bienvenida, y encantan
con la magia de sus misterios.