sábado, 9 de mayo de 2009

Fragmentando la pasiòn


Ardiente Pasión, ¡cólmala de fantasías!

Si de sentir tus labios se trata.
Adelante, me digo.
Encantado de ser elegido por tan venerable
Mujer.

En que repara mi vida, sino en los encantos seductores de ese cabello que enrollo y vuelvo a enrollar en estás manos alargadas y ansiosas de ti. En esta persistente memoria que gira en torno a ti como satélite en la gravidez de un astro universal que movido por el entusiasmo de ser alma de ángel, bañada de pasión.

¡Enciende mis sentidos, lléname de melancolía!

El paladar aclama esa tersa piel de Diosa:
Comienza desde los dedos de los pies, haciendo a un lado las zapatillas de tacón que al igual las filtra mi olfato, las lame, se las impone en su pecho
Para demostrar el poder absoluto sobre de mi.

Te las vuelvo a poner y digo: ¡pisa mi pecho, lacéralo!
Siente el peso de tu cuerpo en esta piel de hombre deseoso, anda, camina, que las cortas minifaldas de colegiala me hagan sentir la dicha de ver esos muslos
Encantados de magia, esa tanga que trasluce el monte aclamado por la boca de este muerto viviente que babea como perro en brama, que levanta su mano derecha bañada en sudor y acaricia tus tobillos
, así, mi Diosa, piérdeme en los abismos del placer corporal de tu carne, ábreme el alma para irnos lejos muy lejos, que somos dos viajeros
en el desierto de el Sahara, transportados esa alfombra mágica de Las mil y una Noche en la que nuestros cuerpos levitan ingravidoz de nuestros deseos jamás saciados.
Venero esa melena de león, esa mirada de gata indómita; venero esas piernas blancas, esos pechos de
fulgoroso y candente pezón, que mi boca hace girar contraer, hasta perderlos en las amígdalas, mientras brota la baba de mi boca, y me carcajeo como un loco en su mundo. Me vuelvo a ti
para dejarte ver ese rostro jamás visto por humano alguno.. Te idolatro sin temor, sin pensar en en el bien y el mal, te deseo sin límites, mujer adorada porque he decidido amarte, en ese momento las sienes me estallan, de mis poros se elevan gasificadas las células sudoripedas, mientras que este hombre desgarbado
se desliza por tu espalda, llena plana de esencias traídas de la India para aromatizar y relajar esa parte esencial en ti, mi lengua sube y baja, se para, se aleja regresa, hasta llegar al encuentro de unas nalgas hechas de amor, de textura celestial, ahí me quedo perdido en ese orificio sin fin escudriñado con todo, remolineado desde el dedo hasta la lengua que sin pudor entra, gime, Locura, amor mío, empina más tus caderas, mi pene erecto entra y sale, sale y entra, un glande descomunal segrega restos del líquido viscoso,
la fuerza de penetración es fuerte, mientras te observo enmarcada en ese mundo de cabellera castaña, esos gemidos de mujer.

Así, mujer, más mamacita, que me vengo, qué me vengo, el dedo índice a todo babor, dos cuerpos desnudos, dos monos desnudos, dos esencias de ángeles penetrándose, ahhhhhhhh, aghhhhhhhhh,

Estamos fuera de órbita, preciosa, estamos entrando a la nada, a los estertores de la moribunda y finita condición de todo ser viviente: La muerte.
Jadeantes caen un segregante pene, una vagina sumergida en color rojizo de embates, dos rostros de mamíferos enganchados por las caricias de la palabras hecha poesía.

Te amo, Medusa, te amo porque enloquezco contigo y para mi la locura es la compañera sigilosa y perpetua de mi vida.

Amor, que mis palabras sean la huella viviente de mis delirios acallados en cuatro paredes, en el estoico placer solitario de mi habitación.

Pepe,un fragmento de mi terna pasión.

1 comentario:

  1. Cuando los delirios son compartidos, las palabras y las letras fluyen, dejando los sentimientos al rojo vivo.

    Muy bellas letras!!!!

    Espero pronto leer el libro completo!!!

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