Por un momento tuve miedo,
sentì el peso del dolor en mi conciencia,
no deseaba nada, sino volver.
Para ello, me atoraba tantos recuerdo.
Hice lo de mi parte, ella no quiso volver.
Entonces pensè: ¡Viajarè, viajarè! Me perderè
en la magìa de mis utopìas de mis desesos,
de mis masturbaciones, de las tangas, de las zapatillas
de tacòn, de esos recuerdos, cuando entraba a su habitaciòn
y por mis manos se deslizaban por esos hilitos dentales,
subìa a su cama ahì la penetraba, la besaba, le veìa su ombligo,
sus hermosas nalgas, tantas y tantas sorpresas de ella.
Existes vives en mì, morirè pensàndote,
en este mundo donde la vida vale, y con ello la fantasìa de ser tù, Lupis,
perenne Lupis.
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