jueves, 7 de octubre de 2010

Pepe y su gato


Hola, cariño, regresé.

Dejó el suéter en la silla, pongo la cafetera,

Abro la ventana y veo ese cielo de octubre estrellado, frío, sereno.

Las ideas fluyen centrífugamente en este espíritu.

El gato, mi filósofo se acerca, su cola enhiesta reposa sobre el teclado, como queriendo me decir: Pepe, ya se lo que vas a escribir.

El café empieza a rugir, el vapor encierra un poco de calor en ese hogar de una persona y su gato. Pasarán varias horas hasta que el cansancio lo venza … y , él siga … siga… en ese mundo abstracto.

3 comentarios:

  1. Solos el gato, tu , y tus recuerdos.



    Saludos.

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  2. Me encantó este retrato intimista de dos seres que, por solitarios y sagaces, comparten los espacios, la memoria, cada amanecer...

    Beso otra vez.

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