domingo, 8 de noviembre de 2009

Locura en la cocina, amandola...


Quiero que seas mi puta, la mujer de Mauricio, la mamadora de Mauricio y de quien te de placer y goces- le dijo a Era- mientras ella lo observaba con sus ojos verdes, fuertes, firme la mirada. Ella estaba con la falda corta blanca, que mostraban los muslos de ella: delgados, alargados, con estrías, y un ombligo erótico.
Era le mostró parte de sus senos, y le dijo_ Ven chúpalos, Mauricio, mámalos, acábalos. Mauricio se acerco y la repegó al fregadero de la cocina, mientras sus manos le subían la falda, le beso los labios sin tregua, dos bondadosas lenguas se unían hasta el fondo. La mano izquierda subió hasta el sexo de ella y le introdujo el dedo índice, mientras los menudos senos eran lamidos con desesperación, la boca entraba hasta el fondo, y ella gritaba al oído, de él: Bien Mauricio, dame por donde quieras, la boca bañaba de saliva el cuello la espalda las nalgas delgadas, flacas, eran el uno para el otro, mientas por la venta en la parte de enfrente de la casa alguien los veía desde un rincón gozando de un festín voyeurista: las manos de Mauricio tocaron la cabeza de era, la bajaron por todo su tórax hasta llegar al miembro, que lo introdujo de sopetón en la boca de ella, luego , le puso el glande para que lo lengüeteara a su alrededor, asi por vario tiempo ella estaba disponible para una venida de líquido de varios meses de abstinencia; la boca brota de burbujitas hasta que el mismo la levanto, la puso a noventa grados, le beso el ano con pasión, hasta que lo lubrico ayudado por su dedo índice, y se lo introdujo, mientras ella volteaba a verlo, sonriente y feliz.

1 comentario:

  1. en la cocina, en el baño, en el coche... cualquier excusa es buena para amar...

    besotes de esta peke.

    pd. te espero por mi rincon con tu taza de cafe caliente, siempre que quieras...

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