Necesitaba un empujoncito,
la baterìa se bajo y su motor parò.
Dije, despuès de que terminè de hacer varias cosas.
Salì a caminar, la tarde amenazaba con llover,
lovio, y seguì caminando, seguì sintiendo el llanto del cielo.
La avenida Obregòn se acortaba, pues me encanta ver pasar ver el tren
lleguè hasta la estaciòn. Ahì vì pasar la gran cantidad de vagones, y con elos
mis frustraciones, mis triunfos, mis deseos de ser algo y no ser nada.
Esperè empapado, pero me sentì bien.
regresè a mi habitaciòn, no sin antes ver la gran cantidad de vehìculos, gente resguardada bajo cornisas, dentro de negocios, miesntras yo gozaba de la nostalgia de mi vida.
lunes, 1 de junio de 2009
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