Sentí
la ausencia de tu mirada,
que más parecía la total indiferencia de mi existir.
Resquebrajado caminé por las calles
bajo un cielo nublado de otoño, frío, tan frío
como una lápida perdida en la serena fosa del olvido.
En cada paso recordé cada parte de ti: Los secretos que te
hacían más interesante en medio de las seducciones, las salivas
que se mezclaban con el deseo perpetuado en esta memoria que se
resiste a seguir olfateándote, viéndote, sintiéndote.
Escuchando tu voz … esa voz que nunca a dejado de fluir en mis
Tímpanos; una sonrisa que no apaga el sentido que le dio a mi vida.
Mujer de mirada esquiva, de ensueños y fantasías jamás terminadas.
José Santos, un anónimo vegetando a tu alrededor.
“Por buscarte perdí todo, pero valió la pena”
No me arrepiento, pues de ti me llevo la satisfacción de ser un
voyeurista consumado.
Gracias.
ResponderEliminarEs un placer tenerte tan cerca
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