Frente a nosotros,
como una fila de velas encendidas,
-radiantes, cálidas y vivas-
están los días del futuro.
Los días del pasado son
esas velas apagadas.
Las más cercanas todavía humeantes,
las más lejanas encorvadas, frías,
derretidas.
No quiero verlas. Me entristece
recordar su brillo.
Frente a mí miro las velas encendidas.
No quiero mirar hacia atrás y asustarme:
cuán rápido la negra fila avanza,
cuán rápido las velas apagadas crecen.
viernes, 10 de junio de 2011
Tomado de Kavafis, un bello poema
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Es um poema hermosísismo mi querido amigo, denota un sentir y un vivir inevitables... ¡Sigamos soñando malgré tout!
ResponderEliminarUn abrazo donde quiera que te encuentres.